A la hora de insonorizar nuestra vivienda lo más habitual es que aislemos tan solo las habitaciones donde haya un ruido excesivo o aquellas donde se necesite silencio.
Además, es recomendable insonorizar únicamente las zonas que sean necesarias. Por ejemplo, el techo, una pared, las ventanas o incluso el suelo. Además de incurrir en menos gasto financiero conservaremos más espacio ya que el aislamiento acústico reduce, aunque muy poco, el espacio de la estancia:
– Paredes: se deja una cámara de aire entre la pared y el aislante. En el espacio que queda entre ambos se introduce un absorbente. La nueva pared se revestirá con cartón-yeso. Los enchufes se empotran en la nueva pared de modo que queden fijos.
– Techos: se sigue el mismo procedimiento: se engancha un techo flotante, entre ambos, un absorbente, y luego se recubre la superficie con cartón-yeso. Cuanto mayor sea la cámara de aire, mejor será el aislamiento.
– Suelo: En el suelo se debe colocar un aislante antivibratorio, amortiguadores y planchas de madera. Y sobre el nuevo suelo se pondrá el revestimiento: losas, tarimas, gres, moqueta… La cámara de aire tiene que estar siempre presente.
– Ventanas: las podemos insonorizar aplicando un doble acristalamiento y cerciorándonos de que se encuentren bien selladas a la pared.
– Puertas: La insonorización de puertas con materiales fono-absorbentes es imprescindible si deseamos una estancia perfectamente aislada. A las habitaciones completamente revestidas (ventanas, techos, suelos, paredes y puerta) se las conocen como cajas flotantes.
Además, podemos insonorizar todas las zonas que consideremos que lo necesitan; incluso las paredes de los armarios empotrados.
¿Qué materiales aislantes se emplean en la insonorización?
– Espuma de poliuretano: es un buen aislante acústico. Hay muchas variedades en espuma y son prácticamente incombustibles y es muy utilizada para insonorizar paredes.
– Paneles: son barreras acústicas que nos ayudan a aplacar el ruido que viene de aparatos a cielo abierto como por ejemplo el sistema de climatización colocado en una azotea, por ejemplo.
– Silenciadores: se colocan en los tubos de ventilación, aparatos de aire acondicionado, extractores… etc.
– Cerramientos: son sencillos y rápidos de instalar y tienen la ventaja de que se adaptan a cualquier circunstancia y superficie.
– Fibras minerales: son bastante ligeras y no inflamables. Existen de roca o de cristal y son idóneas para insonorizar el techo.
– Fibras vegetales: resistentes a los golpes y muy rígidas. Las encontrarás en losas o paneles. Son inflamables porque están compuestas por hilazas de madera compactas.
– Películas plásticas de aluminio: se venden en rollos y son fáciles de colocar. Sólo hay que aplicar una cola especial y adherirlas a la superficie que se desee aislar.
– Losas de poliestireno expandido: son fuertes y se alicatan utilizando una cola plástica, ideal para insonorizar suelos.
– Soportes elásticos: evita que haya que emplear puentes acústicos para insonorizar.